
Asturias y León se convierten en un balcón infinito desde las alturas de las montañas que forman parte de la Cordillera Cantábrica. Nuestra región es un paraíso de montañas repletas de opciones para disfrutar de la geografía y del paisaje a través del senderismo.
La principal seña geomorfológica del puerto de San Isidro está determinada por las glaciaciones cuaternarias (Pleistoceno) que dieron lugar a la aparición de una gran lengua glaciar que cubría la zona; y que desde su desaparición ha dejado al descubierto un amplio abanico de formaciones de origen glaciar y periglaciar. Por ello, si lo que te gusta es la geografía, mi recomendación es realizar la ruta de la pista de Wamba hasta la Peña del Viento. Podrás apreciar de manera clara circos, morrenas, glaciares rocosos… También se verán distintos tipos de rocas y fósiles, así como un poljé y dolinas, productos de los procesos kársticos actuales.
La ruta comienza en el puente de Wamba, después de la estación de esquí y la zona de apartamentos. Se puede aparcar a la izquierda donde la carretera, justo al lado del panel indicativo de la ruta. Habrá que abrir la portilla (¡no olvidar cerrarla!) para luego ascender por la pista de Wamba (señalizada como PR LE-46) a lo largo de la Vega de los Fornos. Primero se pasará por una hilera de casitas de antiguo uso ganadero, luego aparecerá un tramo llano, muy amplio, y posteriormente será momento de adentrarse en una bonita campera surcada por un arroyo con llamativas curvas. Aquí se observará el poljé y sus sinuosos meandros (cada una de las curvas es un meandro).
La actividad del poljé de los Fornos va a generar un sustrato soluble dando lugar a las dolinas por flexión. Las dolinas de pequeño tamaño pueden tardar en formarse algunos miles de años, ¡pero las más profundas pueden llegar a necesitar cientos de miles de años!.
Para afrontar la subida a la Peña se necesita paciencia y técnica. Se continúa por la pista hasta la bifurcación al Lago Ubales, donde tomaremos el camino derecho. El ascenso se hará siempre pegado a la linde que hace de frontera, sin despistes, manteniendo una buena distancia de seguridad respecto a los bordes del escarpe rocoso. Para ascender se camina primero por la campera para luego pegar una fuerte subida y atravesar la arista hasta la cumbre.
Una vez se ha hecho techo, mirando al norte se ve la Reserva de la Biosfera del Parque Natural de Redes (concejo de Caso, Asturias), el pico Tiatordos (1951 msnm) y gran parte de la Cordillera Cantábrica. La vegetación es claramente forestal, son bosques de robles, arces, fresnos y hayas que dan cobijo a una amplia biodiversidad. Los hayedos ocupan grandes extensiones, fundamentalmente en las laderas de umbría. Por otro lado, las praderas de Brañagallones destacan por su color verde intenso. Fueron primero los glaciares y luego los ríos Alba y Monasterio (afluente del Nalón) los que configuraron el relieve de este Parque Natural.
Hacia al sur se aprecia la extensión del puerto de San Isidro y el fantástico glaciar rocoso del Violosu.